La Pedrera, Barcelona, 2017 |
Era otro día en Barcelona que íbamos a aprovechar caminando.
En teoría volábamos al día siguiente hacia Londres para ir a Edinburgo, así que le sacaríamos el jugo a la ciudad. El plan era partir desde la Pedrera e ir al Park Güell y de ahí lo que saliera en el día. Nos despertamos temprano, fuimos a tomar desayuno y partimos como primera parada a la Pedrera o Casa Milà. Este es otra de las obras de Gaudí que se pueden ver desde fuera sin tener que pagar la dichosa entrada (si se pagaran todas las entradas para ir tanto a la casa Battlo, la Pedrera, la Sagrada Familia o el Park Güell fácil se te van entre 75 a 80 euros por persona). Luego de contemplarla, tomamos rumbo por el Carrer del Roselló, donde nos topamos con otro monumento arquitectónico de Barcelona: la Casa de les Punxes, la cual como muchos edificios barceloneses es también un museo con cobro de entrada (desde 12,5 a 29 euros). Al igual que la Pedrera, aprovechamos de sacar unas imágenes y seguimos camino.
En teoría volábamos al día siguiente hacia Londres para ir a Edinburgo, así que le sacaríamos el jugo a la ciudad. El plan era partir desde la Pedrera e ir al Park Güell y de ahí lo que saliera en el día. Nos despertamos temprano, fuimos a tomar desayuno y partimos como primera parada a la Pedrera o Casa Milà. Este es otra de las obras de Gaudí que se pueden ver desde fuera sin tener que pagar la dichosa entrada (si se pagaran todas las entradas para ir tanto a la casa Battlo, la Pedrera, la Sagrada Familia o el Park Güell fácil se te van entre 75 a 80 euros por persona). Luego de contemplarla, tomamos rumbo por el Carrer del Roselló, donde nos topamos con otro monumento arquitectónico de Barcelona: la Casa de les Punxes, la cual como muchos edificios barceloneses es también un museo con cobro de entrada (desde 12,5 a 29 euros). Al igual que la Pedrera, aprovechamos de sacar unas imágenes y seguimos camino.
Case de les Punxes, Barcelona |
Siguiendo por el Carrer del Roselló, lentamente se puede ver una Barcelona más cotidiana, más cercana al día a día que a la rutina del turista (aunque los hay en todos lados). Una cosa que llama la atención a cualquiera que busque algo bueno, bonito y barato en la ciudad, es que muchos de los restoranes y tabernas de barrio están ocupadas en Barcelona por locatarios chinos (algo que no se ve en Madrid o en Euskadi) ofreciendo sus menues platos como paellas y tapas, alejándose del estereotipo del restoran chino, en otras palabras un fenómeno propio de la globalización y del capitalismo....ya que la gente que viene a Barcelona no pretende comer wantang o chopsuy sino que quiere probar la verdadera -sic- "spanish paella and tapas". Luego de este intento de reflexión foodie, llegamos a uno de los iconos turísticos de esta ciudad: la Sagrada Familia.
Entrada a la Sagrada Familia |
A diferencia de otros lados, acá en la Sagrada Familia realmente quisimos entrar y conocerla o mejor dicho tuvimos dudas de seguir de largo, ya que la edificación en construcción (desde 1882) llama la atención al no ser la clásica catedral católica europea, sino que al parecer Gaudí se cargó y se inspiró en las energías que rondaban el final del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, las cuales no eran las mejores para la humanidad y eso se nota al menos en la parte inferior de la catedral. La entrada (tal como puedes ver en la foto) es realmente escalofriante e inquietante. Pero lo que nos desalentó al final fue observar una larguísima fila de gente que daba fácilmente vuelta la cuadra.
Fila para entrar a la Sagrada Familia, 2017 |
Tras unos minutos de duda, llegamos a la conclusión de que el día era demasiado lindo para quedarnos en la catedral inconclusa de Gaudí y esperar haciendo fila mucho rato. Así que hicimos lo que muchos al pasar por ahí, es decir, sacamos algunas fotos desde fuera y seguimos caminando con un tranco tranquilo hacia el Park Güell.
turistas sacando fotos a la Sagrada Familia, Barcelona, 2017 |
Tras dejar el hervidero de turistas que era literalmente la Sagrada Familia, decidimos caminar sin mayor apuro por el Carrer de Sardenya (Calle de Cerdeña) por lo menos unos 20 minutos. Más nos alejábamos de la Sagrada Familia, más nos adentrabámos en otra Barcelona, mas tranquila (aunque no exenta de turistas debido a los alquileres tipo AirBnB) donde bajaban bastante las revoluciones que rodeaban a la catedral de Gaudí, encontrándonos con una ciudad más intimista y tranquila. Esto fue lo que me enamoró de esta ciudad, poder perderse a pocos pasos de las masas de turistas (ojo, uno también lo es) y adentrarse en una ciudad diferente a la que aparece en los folletos y guías de viaje. Eso pasa con Barcelona, no sólo es atractivo turístico y museo, también es caminarla, la cual por suerte, es fácil en cualquier época del año.
Carrer de Sardenya, Barcelona |
Luego de caminar cerca de media hora, luego de doblar en la esquina del Carrer de Sardenya con Travessera del Dalt con dirección oeste y después caminar 4 a 5 cuadras hasta llegar a la Carrer de Lagard doblando hacia el norte (es fácil ya que hay que subir) se llega al Park Güell. Habíamos andado buena parte del día hasta llegar acá, pero lo que sigue es otra historia
Tips:
Barcelona es una ciudad caminable. Para ir a los diferentes atractivos no es necesario usar transporte público, a menos que te quedes en el Prat o en Sabadell.
Como te decía antes, hay que tener un presupuesto para conocer cada museo o edificio vinculado con Gaudí, las cuales puedes ver en sus sitios web (que están dentro del posteo). Pero Barcelona, por suerte, es bastante más que eso.
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