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Una vuelta nocturna por Sevilla


Imagen de Cristo en calle Águilas, Sevilla


Habíamos llegado a Sevilla tras cruzar media península ibérica en el AVE desde Barcelona.

Cómo habíamos cambiado planes de un día para otro, buscamos un hotel que no quedara lejos de la estación Santa Justa, ya que llegábamos de noche. Por suerte pudimos reservar algo a buen precio, el Hotel Macià Gran Lar Sevilla, el cual un hotel de 4 estrellas algo antiguo que se quedó estéticamente en los años 60 y 70, pero que digamos las cosas como son, la habitación y la cama estaban espectaculares. Pero más allá de esas particularidades, había que salir a dar una vuelta nocturna a ver si encontrábamos algo para comer y tomar, ya que estar en Sevilla y no tomar una caña es como imperdonable (perdonen los abstemios). Dejamos el hotel y salimos a dar una vuelta hacia el centro. Caminamos por la Avenida Menendez Pelayo un par de cuadras hasta llegar a una esquina donde comenzaba -por lo menos para nosotros- una ciudad diferente. Esta parte de Sevilla no estaba ordenada en cuadras como las ciudades latinoamericanas, sino que era una serie de calles sinuosas que no tenían ningún orden,  en otras palabras, era la clásica ciudad medieval (europea o árabe) algo desconocida para quienes somos del otro lado del charco.  La calle que tomamos era la calle Águilas, la cual estaba salpicada tanto de bares y cantinas como de imágenes religiosas, conventos y carteles de las hermandades, esas que participan en las ceremonias de la semana santa sevillana, todas parte del adn sevillano al igual que los gitanos (aunque en muchos sentidos siguen siendo los hermanos incómodos de la sociedad local) y el flamenco, esa mixtura de buena vida, religiosidad y pasión que marca los tiempos y la vida de los habitantes de esta ciudad. Más allá de esta reflexión de borrachín intelectual, seguimos caminando hasta llegar a la Plaza de la Alfalfa. 


Bocadillos y cañas en Bar Manolo, Sevilla


Por lo general, los fines de semana esta plaza esta llena de mesas de los locales cercanos generando una buena vibra para pasarla bien y disfrutar la noche. Nosotros nos sentamos enfrente del Bar Manolo, un clásico del sector. Nos sentamos y pedimos unos bocadillos y cañas, los cuales eran de generoso tamaño y precio igualmente más que digno (con suerte 8 euros para dos personas). Luego nos tomamos otras cañas y volvimos al hotel, más contentos que otra cosa, pero lo que sigue ya es otro día.

Tips:

Hay hoteles y pensiones de todos los precios en Sevilla. Nosotros nos quedamos en el Macià Gran Lar Sevilla (Plaza Carmen Benitez 3) por que nos quedaba cerca de la estación de trenes Santa Justa  y lo buscamos de un día para otro. Pero buscando con tiempo se pueden encontrar alojamientos por 30 euros la doble la noche e incluso menos. 

Comer y tomar en Sevilla no es para nada complicado, Hay bares, cantinas y tabernas por todos lados. Tomar no es caro ni comer tampoco. El Bar Manolo en plena Plaza La Alfalfa es una buena opción. Un lugar tradicional pero con precios más que dignos y una comida buenísima.

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