vista de la Catedral de Granada |
Tras cerca de tres horas de viaje bastante tranquilo en autobús (micro/camión) desde Sevilla, llegábamos a Granada.
Luego de recoger nuestro equipaje, teníamos que ver como salíamos de la Estación de Autobuses para ir a nuestro alojamiento en el centro de la ciudad. Fuimos a preguntar a la oficina de turismo que está dentro de la terminal, la cual -digamos las cosas como son- está más pensada para vender paquetes turísticos que entregar información útil al recién llegado, pero al menos nos dijeron donde teníamos que tomar el bus local. Pero antes de salir para el centro de Granada decidimos primero comprar el pasaje para viajar a Madrid, ya que a diferencia de Sudamérica los precios de Alsa (la principal operadora española) cambian dependiendo de la demanda y los días, así que para asegurar un precio decente decidimos comprarlos y así no pagar sobreprecio. Luego de esto, fuimos a la parada que se encuentra a la salida para tomar el autobús SN1 que nos dejaría a unas cuadras de donde pasaríamos la noche en Granada. Pudimos subir al autobús con equipaje y todo, el cual iba lleno hasta las manos pero bueno, a la larga uno se las ingenia en este tipo de menesteres. Tras unos 20 minutos de viaje desde las afueras de la cuidad entramos a Granada, la que a simple vista se ve diferente a Sevilla. El hecho de que sea una ciudad universitaria y centro económico regional (con su correspondiente burguesía) le da un aire diferente al sevillano, donde aparentemente las apariencias y el estatus social son más claros y diferenciadores. Tal vez el hecho de haber sido la última gran ciudad en poder de los árabes en España, el orden social granadino es más compacto y reacio a los cambios, pero bueno, no vengo a hacer de Bourdieu pero son cosas que no dejan de llamar la atención.
Luego de recoger nuestro equipaje, teníamos que ver como salíamos de la Estación de Autobuses para ir a nuestro alojamiento en el centro de la ciudad. Fuimos a preguntar a la oficina de turismo que está dentro de la terminal, la cual -digamos las cosas como son- está más pensada para vender paquetes turísticos que entregar información útil al recién llegado, pero al menos nos dijeron donde teníamos que tomar el bus local. Pero antes de salir para el centro de Granada decidimos primero comprar el pasaje para viajar a Madrid, ya que a diferencia de Sudamérica los precios de Alsa (la principal operadora española) cambian dependiendo de la demanda y los días, así que para asegurar un precio decente decidimos comprarlos y así no pagar sobreprecio. Luego de esto, fuimos a la parada que se encuentra a la salida para tomar el autobús SN1 que nos dejaría a unas cuadras de donde pasaríamos la noche en Granada. Pudimos subir al autobús con equipaje y todo, el cual iba lleno hasta las manos pero bueno, a la larga uno se las ingenia en este tipo de menesteres. Tras unos 20 minutos de viaje desde las afueras de la cuidad entramos a Granada, la que a simple vista se ve diferente a Sevilla. El hecho de que sea una ciudad universitaria y centro económico regional (con su correspondiente burguesía) le da un aire diferente al sevillano, donde aparentemente las apariencias y el estatus social son más claros y diferenciadores. Tal vez el hecho de haber sido la última gran ciudad en poder de los árabes en España, el orden social granadino es más compacto y reacio a los cambios, pero bueno, no vengo a hacer de Bourdieu pero son cosas que no dejan de llamar la atención.
Callejón de la Alcaicería, Granada |
Nos bajamos a un costado de la Catedral, en frente de la plaza de los Reyes Católicos. Ahiícaminamos unas cuantas cuadras hasta encontrar el alojamiento que teníamos reservado (Hostal Verónica). Tras registrarnos y dejar las cosas, salimos a dar una vuelta a Granada. Como decíamos, esta es una ciudad bastante diferente a Sevilla, puesto que en Granada quedan de manera mucho más importante las huellas del pasado musulmán, sólo con decir la Alhambra (la cual íbamos a ir el día siguiente) o la Alcaicería (mercado de artesanías en pleno centro) bastan como ejemplos. El centro es como un pequeño Madrid, con mucho movimiento y tiendas, pero si te alejas unas dos o tres cuadras en dirección al camino de Ronda o tomas la calle Trajano, ya es una ciudad bastante diferente, bastante menos glamorosa que en los folletos. Pero más descubriríamos de esta ciudad cuando fuimos a la Alhambra, pero eso ya es otra historia.
vestidos flamencos, Granada |
Granada, algunos tips:
- El transporte público es barato -para los cánones europeos- en Granada, ya que el pasaje cuesta algo más de € 1 (45 ARS/ 760 CLP). Un taxi hacia el centro desde la estación de autobuses o viceversa puede partir desde unos € 7.
- Las líneas de autobuses que pasan por la terminal son: 121, N4, SN1, SN2 y SN5. El SN1 te deja en el centro.
- Dormir es barato en la ciudad, ya que la oferta es amplia. Un alojamiento bueno, bonito y barato en el centro de Granada es el Hostal Verónica (calle Ángel 15 y 17). Habitaciones limpias con baño y wifi más que aceptable. Personal amable.
- Si quieres ahorrar en comida y no quieres gastar en restoranes, en pleno centro hay un Supermercado del Corte Inglés (Carrera de la Virgen 20-22) con buenas ofertas y puedes comprar literalmente de todo. Abierto de 10 a 22 horas. También hay un supermercado algo más lejos, pero a una distancia caminable: La Plaza de Día, ubicado en la calle Martinez Cámpos n° 11. Aunque eso sí, hay también bastantes doner kebabs y cafés por toda la ciudad.
- ¿¿Eres fanática del Flamenco y quieres tener zapatos y ropa de la que usan los bailaores??? Es más que recomendable la tienda El Rocío donde podrás vestirte de pies a cabezas a buen precio (lo sé por compramos una serie de encargos a parientes que gustan del Flamenco). El Rocío está ubicada en la calle Capuchinas N° 8. También tiene una sucursal en Málaga.
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