Lisboa en Domingo: Praça do Comércio |
Tras un largo viaje, llegamos por fin a Lisboa desde Oporto.
Nos bajamos del tren en la Gare de Oriente cerca de las 14 horas, tomamos el metro y llegamos hasta la estación Restauradores del metro, ubicada a pasos de la estación de trenes de Rossio y de la avenida da Liberdade (avenida de la Libertad). Nos perdimos un poco con el mapa, pero tras preguntar en un restoran donde el mesero nos respondió muy amablemente, pudimos llegar donde teníamos la reservación del hotel, la Pensao Flor da Baixa. Dejamos las cosas y salimos a caminar, a pizpear que onda es Lisboa en Domingo. Apenas caminamos un par de cuadras y zas!!! aparecen como hordas vendedores de hachís como si fueran parte del paisaje....vendiendo con una impunidad que realmente me sorprendió bastante. Pero en Lisboa se cambia muy rápido de paisaje urbano y humano, ya que tras pasar la ola de vendedores de droga te encuentras con un punto de reunión de inmigrantes africanos a pasos de la Igreja de São Domingos, lo cual lejanamente te hacía recordar al barrio de Pelourinho en Salvador en Bahía y estéticamente a la parte antigua de Río de Janeiro. Mal que mal, los portugueses "inventaron" Brasil y es muy fácil encontrar puntos de relación entre Lisboa y las urbes brasileñas, sobretodo con Río, es cosa de darse cuenta de eso a simple vista.
Nos bajamos del tren en la Gare de Oriente cerca de las 14 horas, tomamos el metro y llegamos hasta la estación Restauradores del metro, ubicada a pasos de la estación de trenes de Rossio y de la avenida da Liberdade (avenida de la Libertad). Nos perdimos un poco con el mapa, pero tras preguntar en un restoran donde el mesero nos respondió muy amablemente, pudimos llegar donde teníamos la reservación del hotel, la Pensao Flor da Baixa. Dejamos las cosas y salimos a caminar, a pizpear que onda es Lisboa en Domingo. Apenas caminamos un par de cuadras y zas!!! aparecen como hordas vendedores de hachís como si fueran parte del paisaje....vendiendo con una impunidad que realmente me sorprendió bastante. Pero en Lisboa se cambia muy rápido de paisaje urbano y humano, ya que tras pasar la ola de vendedores de droga te encuentras con un punto de reunión de inmigrantes africanos a pasos de la Igreja de São Domingos, lo cual lejanamente te hacía recordar al barrio de Pelourinho en Salvador en Bahía y estéticamente a la parte antigua de Río de Janeiro. Mal que mal, los portugueses "inventaron" Brasil y es muy fácil encontrar puntos de relación entre Lisboa y las urbes brasileñas, sobretodo con Río, es cosa de darse cuenta de eso a simple vista.
Praça do Rossio |
Luego seguimos caminando por la Rua Augusta, la cual es una calle peatonal con mucho movimiento, pero eso sí, al ser domingo la mayoría de los negocios estaban cerrados, salvo los restoranes, los cuales buscan clientes de todas las maneras posibles, muchas veces en español e inglés, con los típicos menúes tipo turista de 8, 9 o 10 euros...todo bien, pero no queríamos sentarnos a comer y desaprovechar la tarde. Teníamos todavía algo de comida que traíamos desde Oporto, así que zafábamos bien todavía.
Caminamos hasta la Praça do Comércio, dimos una vuelta por allí y luego volvimos por la Rua Augusta y decidimos tomar rumbo por la Avenida da Liberdade, que es como la versión lisboeta de los Campos Elíseos parisinos, una larga avenida con restoranes caros, hoteles, cines y tiendas elegantes, eso sí, casi todos cerrados por ser domingo. Hacía frío, algo de viento y había poca gente en la calle, pero al menos había sol y no lluvia como había sido nuestra experiencia portuguesa hasta ahora. Llegamos hasta la plaza Marqués de Pombal, donde hicimos una escala técnica para comer algo. Encontramos un Burger King con unos precios más que razonables. Nos sentamos, sacamos los mapas y vemos para donde íbamos. Decidimos dar una vuelta al Corte Inglés y al Decathlon que estaban a unas pocas cuadras de allí, en la avenida António Augusto de Aguiar....y al igual que en Madrid encontramos precios imposibles de creer cuando se vive en Buenos Aires, no sólo en ropa sino que también en comida, una diferencia de hasta 100% 200% y hasta 300% más económico en lo referente a ropa y de un porcentaje similar en comida. Compramos algo de comida para cenar en el hotel y volvimos caminando por la Avenida da Liberdade, para cenar, ver algo de televisión y al sobre.
monumento a los caídos, Lisboa |
Sin duda Lisboa es una ciudad con muchas caras, la de los vendedores de hachís de Rossío, la de los inmigrantes africanos que se juntan en los alrededores de la Igreja de São Domingos (iglesia de Santo Domingo) o la de las tiendas elegantes en la Avenida da Liberdade, todo en menos de 1,5 kilómetros a la redonda. Pero si queríamos entender de mejor manera esta ciudad, había que caminar por ella, pero eso ya es otra historia.
Tips:
La mejor manera de moverse por la ciudad de Lisboa es en Metro. Para viajar es necesario tener una tarjeta recargable de cartón, la Viva Viagem (Viva Viajes) que cuesta unos 0,50 euros y que sirve para moverse en metro, autobús y tranvía, la cual se vende en los autoservicios que están en las estaciones del metro.
Si es amigo de los menúes turísticos, en el casco viejo de Lisboa abundan, desde los 8 a 9 euros sin bebida.
Vendedores de hachís y otras cosas pululan los domingos en la Plaza de Rossío o en la Rua Augusta. Paciencia.
Los domingos no son el mejor día para llegar a una ciudad, pero son excelentes para caminar por Lisboa (cuando el clima acompaña).
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